Alan Cleaver |
A prueba de tontos (o casi)
Para mi siguiente truco necesito un billete
Muchos de los consejos que existen para ahorrar toman como punto de partida un porcentaje fijo que debe respetarse como palabra sagrada, sin embargo esos consejos no son aplicables a todas las situaciones ni a todos los bolsillos, por eso hoy quiero mostrarte cinco formas sencillas y flexibles de ahorrar que te acercarán a tus sueños, sin importar si son comprar un costal de papas o visitar Hawaii.
A prueba de tontos (o casi)
Guardar las monedas de la denominación más alta es una forma de ahorrar popular, quizás porque todo lo que necesitas para cultivar este hábito es prestarles atención a las monedas recibidas para escoger las que valen más. Las de un peso, de 50 o de dos euros son medios para reunir una cantidad interesante, producto de la constancia y la disciplina. 25 centavos pueden parecer poco pero cuando juntas muchos de ellos consigues cifras capaces de comprar algo más importante que un caramelo, por eso aunque esta forma de ahorro parezca aburrida y monótona no deja de ser efectiva.
Para mi siguiente truco necesito un billete
El cambio que recibes después de pagar con un billete pequeño suele ser poco, escaso tal vez, por lo que retirarlo de tajo, olvidarlo por completo durante un tiempo puede convertirse en una estrategia muy útil para engordar tu chanchito. En lugar de comprar dulces o chocolates diminutos para acabar de matar el billete recibe el cambio y ponlo en el frasco, en la caja o en el tarro que usas para guardar tus ahorros. Poco a poco el hábito de gastar le dará paso al de ahorrar, así de nuevo estarás preparando el terreno para construir una casa o una pista para que despegue tu avión.
Leve, leve como pluma
Si eres una persona medianamente ordenada es muy probable que en tu cartera tengas un bolsillo para los billetes y otro para las monedas, que a pesar de ser pequeñas cuando se juntan son pesadas, lo que me lleva a la forma siguiente de ahorro. A veces juntas tantas monedas que sin importar cuán ordenada seas no puedes evitar sentir la incomodidad de cargarlas. Ocasiones de este tipo son perfectas para darle de comer al marranito. Sácalas todas y guárdalas en tu alcancía, sin pensar mucho y sin contarlas. Si repites esta acción varias veces llegará en día en que podrás disfrutar la dicha de sumar y multiplicar.
Mejor que los números de la lotería
Una de mis formas favoritas de ahorrar tiene que ver con las series que hay en los billetes. Cada vez que voy a ir de compras o cuando estoy ordenando mi cartera me gusta ver qué números o letras hay en las series, luego dependiendo de ello separo los que me gustan más y los guardo. Es algo similar a elegir un billete de lotería pero con la diferencia de que al cabo de un tiempo voy a ganar, sí o sí. La elección de números y letras puede ser tan caprichosa como quieras. La fecha de tu cumpleaños, el número de tu casa o tu talla de zapatos son tan buenos como las series crecientes (1, 2, 3, 4) o decrecientes (9, 8, 7, 6), lo que importa es el rigor, respetar la regla incluso cuando se cumple con billetes de mil pesos o de cien dólares. Practica este hábito aunque te parezca excesivo, con el tiempo comprobarás que tus números y letras de la suerte no se presentan muy a menudo, por lo que podrás ahorrar sin poner en peligro tu presupuesto habitual.
Usa la pereza a tu favor
Puedes evitar gastar antes de tiempo tus ahorros con un truco muy simple: sitúa tu alcancía en un punto de acceso difícil, en un lugar alto si eres bajo o dentro de varias cajas si no lo eres. La cadena de obstáculos que tendrás que atravesar antes de intentar gastar lo que has ahorrado te dará tiempo para pensar si tu meta a largo plazo merece ser amenazada por un capricho pasajero.